martes, 8 de enero de 2013

BANDA SONORA "EL CAMINO DE BALDOSAS AMARILLAS", de Félix Royo

NOTICIÓN: ¡La B.S.O. de El camino de baldosas amarillas por sólo 1,99€!


ÚLTIMAS NOTICIAS: Se ha añadido un bonus track de descarga gratuita al disco. ESCUCHAR AQUÍ.

El pasado 5 de diciembre salió a la venta tanto la novela como la banda sonora de El camino de baldosas amarillas. Como del libro se ha hablado mucho y podéis acceder a más información en los links que pondré al final, voy a hablar de la banda sonora, de la que soy yo mismo su autor.

Se trata de un concierto de una hora de duración, de música programática que va desde lo neoclásico a lo vanguardista y que está perfectamente relacionada con la novela, aunque eso no impide en absoluto que se pueda escuchar individualmente sin problemas. Todos los temas han sido compuestos de propio para esta banda sonora de carácter sinfónico que juega con distintas agrupaciones instrumentales dentro de la orquesta.

 
Y se puede comprar a muy bajo precio, del 9 de enero a final del mes por sólo dos euros y medio gracias a las Rebajas, como descarga única y directa, tengas paypal o tarjeta de crédito. Rápido, seguro y sencillo. ¿Dónde? En la siguiente página: http://felixroyo.bandcamp.com/

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UNA BREVE HISTORIA
DEL NACIMIENTO
DE ESTA BANDA SONORA

Era el 26 de Octubre de 2012 cuando el escritor Juan de Dios Garduño me envió un sencillo mensaje de correo: "Te quería proponer una cosa. En aproximadamente un mes y medio sale a la venta mi nueva novela: El camino de baldosas amarillas. Estoy hablando con la editorial de hacer algo especial, y pensé en ti". Así es como nacen los grandes proyectos.

Yo conocía a Juande desde hacía unos pocos años y no mucho antes habíamos colaborado con un booktrailer para otro libro suyo, que yo musiqué entonces. Tengo la suerte de estar en contacto con algunos de los mejores escritores españoles de mi generación y algunos hasta son mis amigos, lo que vaticinaba algo así en cualquier momento. Además había hecho ya bandas sonoras de menor duración para dos libros de Juan Ángel Laguna, y más música para relatos.

De todas maneras, uno es valiente cuando se embarca en un proyecto como una banda sonora sin duración determinada (y que finalmente terminaría siendo de una hora, o de hora y media si incluímos lo que se quedó fuera) teniendo apenas un mes por delante y sin conocer la obra literaria. Para un desconocedor de la materia, un mes le puede parecer mucho o poco pero, si lo comparamos con un compositor para cine, que normalmente cuenta con arreglistas y el asesoramiento de sus colegas, esto era como construir una casa uno solo. Así que era una tarea contrarreloj, compleja y, además, con las limitaciones obvias, como que yo no dispongo de una enorme orquesta y coro (tranquilo, la mayoría de los videojuegos tampoco y tienen sus bandas sonoras también), sólo de mis conocimientos tanto musicales como de técnico de sonido, de un buen equipo y de los mejores programas que el dinero pueda comprar (y que no amortizaré en la vida).

A esto se suma que la editorial no es un gigante y que, dada la precariedad del propio mundo artístico, ya no es que no pudiesen dar su visto bueno a un "producto" antes de estar acabado, es que no podían financiarlo de ninguna manera. Así que el sello y partner desde luego aparecen en el disco ya que no podría ser más oficial sobre el libro pero, en definitiva, si el público, que es el que va a disfrutarla, no compra la banda sonora... las notas no se comen. Y la banda sonora se acabó a tiempo, pese a que la salida de la novela se adelantó, estuvo en el último momento porque, al final, de día componía y de noche corregía. Ah, lector, y los problemas que surgieron: problemas con iTunes (lo caro y difícil que es publicar en la Apple Store), problemas con el audio, problemas para dormir. Pero el resultado, por los comentarios, es bueno y recomendable, algunos de los cuales pongo a continuación en estas reseñas, para luego ya meterme en harina y explicar, uno por uno, los diversos movimientos del concierto, donde descubriréis los principales mecanismos de la música y de la novela, lo que en resumen es una obra de arte.



La primera pieza, la Obertura, debía ser un manifiesto del lugar (España), del momento (años ’50) y del estilo predominante de la obra. Para ello vamos a escuchar una versión algo atomizada de temas que luego serán reinterpretados de manera distinta en la obra, además de elementos propios para crear la imagen de estar sobrevolando, de norte a sur, la España en ruinas tras la Guerra Civil (y aquí se llama a la imaginación del oyente para ver las fosas comunes, las piras ardientes, los campos de trabajo y los campos de concentración, que también los hubo, las casas en ruina, los campos yermos, las mujeres vestidas de luto y el aire frío y cortante de la sierra). Es el plano secuencia con los créditos que va a terminar entrando por la ventana de la casa de Torcuato.


Los aires de guitarra y piano remontan a la ruptura del Grupo de los Ocho (Generación del 27) pero también a los compositores de la Censura, como García Abril y otros de aquella década. Y es que a lo largo de la obra vamos a encontrar inspiración en Bacarisse, Rodrigo y otros compositores españoles del siglo XX entremezclados con la masa sonora, el minimalismo y el atomismo (las vanguardias que nacieron justo en aquel momento).

La Obertura está compuesta para un quinteto de guitarras y un piano de cola que tienden a ir monofónicamente y, en origen, tenía una tercera línea de grave hecha por membranófonos que desapareció para aclarar el conjunto. Las guitarras, además, están panoramizadas en el reparto compositivo, es decir, que si se presta atención se podrá apreciar como las notas se mueven en el plano sonoro (porque qué viaje sería si no tuviese turbulencias). En cambio no hay un gran contraste en la intensidad porque, vistos desde el aire, todos estamos al mismo nivel y ésta es una obra que sólo recurre a veces a elementos físicos y vuela más por los sentimientos o, al menos, busca provocarlos.

Vistos en conjunto, los tonos parecen formar un enjambre.

ASESINATO [VER>]
Como decía antes, en la Obertura aparecen algunas de las melodías y motetes que escucharemos a continuación; en el minuto 3:15 la guitarra representaba la melodía que aquí empieza el clarinete. El capítulo y libro empieza con una madre tarareando una coplilla y entendí que la voz era el símbolo que representaba todo el ambiente del episodio; la madre, que seguramente no conocerá bien la letra pero le será familiar, crea la atmósfera dentro del hogar, y es por eso que el hilo melódico (clarinete) es acompañado de un fondo minimalista de coro que, además, está modulado en el tono, es decir, que es microtonalista. El resultado es una falta de brillo, una cierta suciedad ambiental que se intuye también en el texto.

En el segundo 46 hay una elipsis enlazada a cuando su padre le da las malas noticias y “la voz” aparece, repetitiva, dentro de Torcuato. La notaremos enseguida porque el viento metal deja que broten las ideas, que es la rítmica flamenca. Me costó pensar en algo tan representativo como la voz, que se repitiese y no constituyese un coro, algo que fuese claro a la vez que extraño y que nos fuera familiar y, por suerte, tenía grabados sonidos de zapateado flamenco y caja (porque todos los sonidos que se oyen están grabados de los instrumentos originales y luego ensamblados digitalmente, no hay ningún timbre diseñado por ordenador). En cualquier caso, si lees este artículo entiendo que es porque has leído la novela y, siendo así, te acordarás que se repiten las frases y éstas van creciendo dramáticamente, van cogiendo fuerza sin cambiar de tamaño físico; lo mismo que hacen en la música. El abismo ante el cambio, la energía que se acumula, eso es el viento que empuja a las voces.

Y, de repente, la interrupción, los golpes en la puerta que irrumpen en la escena, timbales y bombo, y el redoble militar representando a la Guardia Civil. Suenan los platillos porque la puerta se abre de golpe y la música se vuelve peligrosa, los timbales resuenan como el eco de los golpes en la puerta, la trompeta (que bien podría ser la corneta militar) atraviesa los rizos en los agudos y [1:51] toda la carga dramática enciende la orquesta como si una fuerza superior a la del Ser humano aplastase con su bota a esos campesinos.

[2:30] Entonces “la voz” vuelve transformando la impotencia y la ira abstractas en un sentimiento negro, grave (contrabajos), que la retroalimenta. Encauza el caos en una idea y, cuando calla [3:09] (y la cuerda frotada corta el ambiente como un cuchillo), se vuelve voz hablada (en el libro) [3:15] y empieza el principio del fin, el fin del principio.

Mi intención era que la escena, musicalmente, estallase al final con toda la fuerza de los símbolos: el coro (la madre), la percusión (“la voz”), la cuerda (la tensión entre los personajes), el viento metal (el desbordamiento en los agudos, la oscuridad en los bajos)… No es el Caos, son los ríos que confluyen en un mismo punto y rompen al chocar.

 Sólo el trabajo de mezcla antes de postproducción fue un infierno para que se entendieran tantos instrumentos y se dejasen espacio al final.

REJAS EN EL CORAZÓN [VER>]
Rejas en el corazón es una pieza para piano que divaga de forma romántica y melancólica por una tristeza ensoñada y algo infantil durante el capítulo segundo de la novela. Está inspirada, en parte, en el pasodoble de 1902 “Suspiros de España”, popularizada en el cine y por el NO·DO y retransmitida constantemente en la época de la Guerra Civil.

Al principio, esta pieza, “El jardín de Tobías” y “El camino de baldosas amarillas” no existían en el programa y se hicieron a mitad del recorrido compositivo para liberar la tensión de las que quedaron entrelineadas. En ese punto, autor y editorial sólo habían experimentado los sentimientos desagradables de la obra (ira, peligro, desesperación, etc. y se habían topado con la masa sonora, el microtonalismo y el atomismo, por lo que esperaban mucha mayor presencia melódica en el futuro o la propia finalización del concierto peligraría. Por suerte, parece que encontré el equilibrio entre lo visceral y lo estético, que también se basa en algo que comentaré más adelante: la evolución del personaje.

 La melodía (remarcada arriba y abajo) se distingue por tener la separación justa del fondo.

ALEJÁNDOSE DE CASA [VER>]
Masa sonora y minimalismo crean una atmósfera eterea sobre la que navegan piano, clarinete y guitarra para mostrar la desolación (dentro de Torcuato y fuera de él, en la gran llanura yerma y salpicada de montes que es el centro de España). Para poder crear esta masa sonora hubo que dividir en once secciones la cuerda frotada y hay momentos en el que el cluster está formado por siete notas al mismo tiempo.

Siempre que he viajado por España me ha impresionado cómo los rayos del Sol impactan en el terreno y lo convierten, a menudo, en un espejo luminoso sobre el que solitarios arbustos, árboles centenarios y torreones en ruinas flotan y se oscurecen cuanto más lejanos se encuentran. No podía entonces imaginarme otra cosa que la luz cegadora entrando por el quicio de los portones del furgón y por una diminuta ventanilla enrejada, y al protagonista perdiendo la fe y su inocente esperanza conforme se alejaba de su casa, cómo la intuición de la Verdad le devoraba por dentro como un runrún que presionase su cabeza (y por eso el piano se transforma en parte del fondo como un riff repetitivo). Cuando la escuches, espero que sientas un extraño terror encogiéndote el corazón.

 O trabajas con una orquesta de decenas de pistas de instrumentos o a veces no conseguirás nada que se le parezca.

EL JARDÍN DE TOBÍAS [VER>]
Se podría decir que esta pieza es música de transición, una especie de fondo para una escena de (falsa) liberación. Si quieres a un personaje secundario bondadoso sólo tienes que enfocarlo en un entorno bueno en algún momento y ese vínculo queda forjado con este “locus amoenus”. Ahora parece carecer de relevancia pero se trata de una pieza sin la cual no se podría completar el puzzle al llegar el desenlace y, por lo tanto, uno de los momentos clave para que la rueda siga girando.

Además quería crear una diferencia clara (que se apreciaría mucho mejor en una película) entre el mundo visto a través de los sentimientos (en los momentos seleccionados en la música) y el ambiente frío, real y diegético del manicomio: ruidos, golpes, gritos y, en algunas ocasiones, también el más solitario de los silencios.

 Míralos, son la arquitectura de la música.

Sueño nació como una obra que debía cubrir todo el capítulo 6 y era algo más del doble de largo que lo que quedó finalmente en la Banda Sonora. De hecho, en las partituras está reflejada la segunda parte como “Y despertar” y allí aparece todo el escándalo al saltar entre las camas. Aunque está sin arreglar ni se ha postproducido, se puede echar un vistazo a esa segunda parte que se quedó fuera aquí abajo. En cualquier caso, la parte que sobrevivió es etérea y una cierta reinterpretación de “Alejándose de casa”, endulzando el recuerdo e idealizando esa época dorada.
                      ESCUCHA "Y DESPERTAR", DE FÉLIX ROYO
Como se puede intuir, el personaje está intentado escapar de la locura a través de los tópicos de la inocencia y de los mecanismos de defensa: negación y disociación (“Rejas en el corazón”), represión (“Alejándose de casa”), formación reactiva (relación con Agnus), condensación (“Oz”), desplazamiento (“El teatro y el beso”), proyección (“Camino al paredón”), etc. Así que ninguna de las experiencias que se ofrecen con la música son tan simples y hay que apreciarlas en su trasfondo aún cuando parezcan abstractas y expresionistas a veces.

 La expresividad se gana nota a nota.

EL CAMINO DE BALDOSAS AMARILLAS [VER Y ESCUCHAR>]
Esta pieza, que empieza con un paso fúnebre y se desarrolla como un día que amanece, no es sino un interludio que describe los jardines y los interiores del manicomio en un paseo a cámara guiada; otro plano secuencia que tiene el propio significado de que, pasada la primera parte, viene el cambio: el personaje se va a tener que enfrentar a sus temores y a sus enemigos. Además, dejar sin musicar la increíble ilustración de portada de Daniel Exposito Zafra hubiese sido pecado. También, por lo que me han dicho, parece ser la pieza preferida del editor de la novela de todas las que aparecen en la B.S.O.
Se puede apreciar el camino.

OZ [VER>]
“Bienvenido al mágico mundo de Oz” es lo primero que todo el mundo esperaría escuchar tras estampar una casa destrozada por el viento contra una señora desconocida. Pese a lo siniestro que puede parecer este inicio con un asesinato, lo cierto es que la radio y el cine ha hecho mucho por convertir la historia fantástica de Oz en un relato de aventuras y sobre la amistad que mana en unos desconocidos que emprenden un viaje para superar sus problemas y carencias juntos. ¿Cómo representar esto sin recurrir a una edulcorada canción que ya tenía más de una década en los años ’50? Con un vivace molto animato yendo al presto, algo que inspire a cualquiera a coger la chaqueta con prisa y a salir en busca de la aventura del camino, de El camino de baldosas amarillas. Por otro lado, la magia de convertir la lectura en imaginación fantasiosa no sería posible sin una música ejecutada con spirito.

Las baldosas de este camino no son únicamente amarillas.

CAMINO AL PAREDÓN [VER>]
No fue fácil representar algo como el camino hacia la muerte de unos hombres cuyos sentimientos irían del orgullo por el sacrificio a la desesperación por la inmutabilidad del mundo ante su muerte, así que hubo una docena de versiones desde diversas perspectivas (Tobías, Torcuato, los maquis, el director del centro…) hasta que un día me hinché de un valor triste, de ese sentimiento que todos tenemos ante la injusticia y la impotencia (y que en estos tiempos lo tenemos demasiado a menudo), y gravé esta pieza en la que imaginaba un paso fúnebre visto desde los distintos ángulos hacia el muro y las miradas cruzándose entre los personajes hasta llegado el punto [2:14] en el que cae toda esperanza de que nadie haga nada por salvarles, los enfilan al paredón, los fusiles se amartillan y… (fuera de música) son fusilados.

 A veces lo más simple como crear una simbología para un instrumento como la flauta es lo mejor para transmitir sentimientos a lo largo de una obra.

UNA ESCENA DE VIOLENCIA [VER>]
Aunque personalmente hubiese preferido componer algo todavía más cercano a Howard Shore, ya que me imaginaba la escena desde una perspectiva similar a una película de Cronenberg, decidí hacer algo que funcionase por sí solo, sin necesidad de la imagen, tomando un inicio con elementos que varian el tiempo, efectos como cresccendo en el viento o un falso delay en el piano y trémolo en el contrabajo (como punzadas de alerta ante lo malo que se intuye), todo ello para anteceder a la propia violencia, tal y como ocurre en el libro. 

Es en el segundo 50 cuando empiezan los palos y abogo por crear malestar en el oyente con la cuerda frotada (que ya la hemos escuchado antes como verduga implacable en otros debacles sentimentales) puesto que los golpes y los gritos se los puede imaginar, de forma diegética, mucho mejor de lo que ningún instrumento lograría hacerle sentir. Además el oyente debe entender que el significado de la escena no es la violencia por la violencia sino la caída del héroe, el intento y fracaso que serán laboratorio de pruebas de lo que viene a continuación.

 La flauta travesera cambia de velocidad, decrece y crece en intensidad en poco tiempo.

SIGUIENDO A PALO [VER>]
Tras varios intentos y una profunda reflexión, llegué a la conclusión de que la única forma de representar una escena tan típica como adentrarse en un pasillo oscuro tenía que tener el fundamento de deconstruir el espacio según la luz. Como en música este concepto abstracto supone elegir otro lenguaje, elegí la zona aguda del piano como la oscuridad, en la que la mente dibuja los esquemas de lo que a la vista le falta, y los tonos medios como la luz o, mejor dicho, la penumbra. Así pues, se podría hablar de una inversión del espectro visual y su traducción a música. Prácticamente podríamos situar esta pieza dentro de la Música aleatoria de los años ’50, como la de John Cage, o al menos, dentro del Minimalismo.

Si todas las notas tienen la misma intensidad, ¿por qué las escuchamos distintas? No es magia, es controlar los sonios de la escala acústica humana según la frecuencia.

EL TEATRO Y EL BESO [VER Y ESCUCHAR>]
Para el teatro quería una música que fuese alegre y moderna (según los estándares de inicios de los ’50 y teniendo en cuenta que el jazz bebop no tenía apenas influencia en España) y debía serlo porque es un tramo casi cómico y una de las partes más amables de la novela.

Además quería que contrastase ese primer fragmento con el beso, que debía ser la parte más brillante de toda la banda sonora: la exaltación del amor por encima de todas las cosas, pero haber hecho un contraste absoluto hubiese sido un error, así que hay un silencio, que es un suspiro dramático, del que parte una transformación que eleva el piano con la cuerda frotada (que se libera de las cadenas de su función opresora para estallar jubilosa) hasta el climax dramático (del cual caerá más adelante y del que resurgirá de sus cenizas).

Después de esta pieza, de hecho, hay un gran silencio de un capítulo hasta que pasa todo el calvario y eso es porque la crudeza del sonido diegético, del diálogo de la novela, cobran más importancia en solitario que dando una continuidad musical a la conversión del protagonista en héroe definitivo.

Perfecto ejemplo del atomismo de la música.

Cuando me encargaron este proyecto, el autor de la novela, Juan de Dios Garduño, tenía en la cabeza la existencia de esta pieza y no necesitaba nada más (si acaso alguna otra parte representativa del libro), pero una obra musical bien relacionada con una historia no se sostiene sola sin una lógica que la una entre los demás elementos de la trama, así que me dispuse a hacer, bajo mi riesgo, toda la Banda Sonora como un concierto de duración indeterminada que cubriese la novela entera, elaborando las distintas piezas conforme leía el borrador digital, y traté de encontrar algo más allá del sentimiento de Torcuato hacia la chica, busqué un sentido universal para la historia de Agnus, algo que trascendiese. 
Tal fue la complejidad de esta empresa que deseché una veintena de versiones sólo por calidad espiritual, independientemente de su valor técnico. Y el secreto no es otro que éste: Compone de forma que puedas llorar por un sentimiento que sea tan real como en la ficción podría serlo. Si con algo me puedo quedar de este concierto es haber conseguido el objetivo y que ésta sea la pieza preferida por el autor. Ahora también la puedes escuchar tú mismo aunque no tengas aún la banda sonora.

 ¿Qué pasa ahí debajo de los violines? Es el piano queriendo narrar una historia.

SE ACABA EL TIEMPO [VER>]
Decidí dejar toda la parte de la escapada milagrosa sin música, incluso la parte de terror bajo el manicomio, porque comprendí que si había dejado otras partes con la crudeza diegética, era ilógico hacer una intrusión musical en esos momentos. De hecho, son escenas que creo que hubiesen perdido intensidad al haberse diluido en música, en lugar de ganarla. Así que, con una música de corte más moderno, renovada, damos un salto a cuando Torcuato vuelve a entrar y corre para rescatar a sus amigos. La tensión crece, el tiempo se acaba, los peligros no esperan al héroe.


¿Puedes sentirlo? Es el final engranándose.

SACRIFICIO, VUELTA Y RÉQUIEM [VER>]
No voy a detallar esta parte para no desvelar el final de la novela; simplemente situaré su inicio en el momento en el que les apuntan con la pistola. Aparecen nuevos e inesperados instrumentos de timbre similar y que he dejado como representantes de los últimos avisos de peligro: el órgano de tubos y la gaita. ¿Eso es todo? No, la flauta travesera toma su lugar porque tiene un papel fúnebre (¿la recuerdas de “Camino al paredón”?). Hasta ahí el sacrificio y el réquiem, la vuelta a la realidad se encuentra entre los minutos 1:51 y 2:13, solapándose en el tiempo con los últimos segundos de vida porque el valor del tiempo es crucial para el final de esta historia.


BONUS TRACK: UN EPÍLOGO INESPERADO [VER Y ESCUCHAR>]
El 17 de enero de 2013 se añadió al disco una nueva pista de seis minutos correspondiente al capítulo final (cierre) de la novela y, sin ánimo de hacer spoiler, sólo diré que es una reinterpretación de la melodía central de Agnus como variación. Se trata de una pieza para piano que fue tocada y grabada en directo y sin cortes, con un carácter menos orquestal y más íntima. Se puede escuchar y descargar gratuitamente.


Algunos links que pueden interesarte...
Editorial Tyrannosaurus Books y página del libro [^]
Grupo en Facebook de "El camino de Baldosas Amarillas" [^]
Nota de prensa de la editorial [^]
Web de la Banda Sonora [^]